Ideas
Es increble. Solo una sola lectura y una nueva idea surgue espontáneamente , desplazándose desde insconsciente y estructura neuronal fuertemente marcada a nuestro cortex y somos concientes de ella. Y a veces me pregunto si no es esta la causa de que hayamos abandonado las cavernas.
Aprender a escuchar nuestras ideas , creo que puede ser un punto de partida para no caer en la volatibilidad del lenguaje, en el frágil sustento de un discurso (¿y cuál no lo es?). Muchas veces sentimos, somos capaces de sentir profundamente la realidad, factores externos que nos llevan al pozo de las lamentaciones y nos confina ahí temporalmente, hasta que otra nueva ilusión mental tenga el papel directriz preponderante. Y lo intentamos a pesar de todo. Intentamos gracias a nuestra imaginación dar forma a sentimientos que nos esclavizan (¿que nos hacen humanos?), lo hacemos de manera que surcando esas metáforas y relaciones válidas para nosotros nos sintamos como si hubieramos traido al mundo a un nuevo ser. Este plasmar, desde dentro hacia afuera, nos produce una sensación de perspectiva que estructura más claramente el conocimiento para ser digerido por nuestra conciencia, y así, finalmente en caso de producirse otra vez alguna sensación similar, sólo basta desempolvar las bibliotecas de nuestros recuerdos. Todo hay que decirlo, unos recuerdos que han sido experiencia, y que han modificado irreversiblemente nuestro proceso evolutivo personal.
Oírnos en soledad, sin la interferencia de agentes externos que nos perturben es un buen método para trabajar sobre nuestras ideas. Algunos podrán encontrar inspiración paseando por un bonito paraje, escuchando una canción, el amor etc... multitud de situaciones , gente y lugares, pero la verdadera labor de pulir ideas está en pararse un poco a oirse. Y vemos comounos lo hacen escribiendo (como yo ahora), otro componiendo música, pintando... como búsquedaclasificatoria y torbellino de palabras que expresan una agonía, una alegría, una melancolía...y asíad infinitum, como las posibles sensaciones.
Y no es diferente proceso mental el de diferentes observaciones. El que a partir de la observación o experimentación se empuje a la conciencia una nueva idea, sugiere el profundo temor intrínseco que tiene el hombre a lo desclasificado o desconocido, provocando en ultima instancia que se llegue a una aproximación y clasificación en base a nuestros procesos mentales de tales situaciones. El que sea real o ficticio ya depende del balance entre lo que el otro quiso expresar , y lo que nosotros hemos entendido (en el caso de ser una persona el foco de observación).
Quizás no sea temor. Quizás lo que quise expresar como temor no se trate realmente de temor. Quizá se trate de otra idea ascendida del sótano de mi consciencia a la que no he sabido dar forma con palabras. ¿ Y el fin de esto ? , posiblemente su propia realización.
Aprender a escuchar nuestras ideas , creo que puede ser un punto de partida para no caer en la volatibilidad del lenguaje, en el frágil sustento de un discurso (¿y cuál no lo es?). Muchas veces sentimos, somos capaces de sentir profundamente la realidad, factores externos que nos llevan al pozo de las lamentaciones y nos confina ahí temporalmente, hasta que otra nueva ilusión mental tenga el papel directriz preponderante. Y lo intentamos a pesar de todo. Intentamos gracias a nuestra imaginación dar forma a sentimientos que nos esclavizan (¿que nos hacen humanos?), lo hacemos de manera que surcando esas metáforas y relaciones válidas para nosotros nos sintamos como si hubieramos traido al mundo a un nuevo ser. Este plasmar, desde dentro hacia afuera, nos produce una sensación de perspectiva que estructura más claramente el conocimiento para ser digerido por nuestra conciencia, y así, finalmente en caso de producirse otra vez alguna sensación similar, sólo basta desempolvar las bibliotecas de nuestros recuerdos. Todo hay que decirlo, unos recuerdos que han sido experiencia, y que han modificado irreversiblemente nuestro proceso evolutivo personal.
Oírnos en soledad, sin la interferencia de agentes externos que nos perturben es un buen método para trabajar sobre nuestras ideas. Algunos podrán encontrar inspiración paseando por un bonito paraje, escuchando una canción, el amor etc... multitud de situaciones , gente y lugares, pero la verdadera labor de pulir ideas está en pararse un poco a oirse. Y vemos comounos lo hacen escribiendo (como yo ahora), otro componiendo música, pintando... como búsquedaclasificatoria y torbellino de palabras que expresan una agonía, una alegría, una melancolía...y asíad infinitum, como las posibles sensaciones.
Y no es diferente proceso mental el de diferentes observaciones. El que a partir de la observación o experimentación se empuje a la conciencia una nueva idea, sugiere el profundo temor intrínseco que tiene el hombre a lo desclasificado o desconocido, provocando en ultima instancia que se llegue a una aproximación y clasificación en base a nuestros procesos mentales de tales situaciones. El que sea real o ficticio ya depende del balance entre lo que el otro quiso expresar , y lo que nosotros hemos entendido (en el caso de ser una persona el foco de observación).
Quizás no sea temor. Quizás lo que quise expresar como temor no se trate realmente de temor. Quizá se trate de otra idea ascendida del sótano de mi consciencia a la que no he sabido dar forma con palabras. ¿ Y el fin de esto ? , posiblemente su propia realización.
Estas son pues, algunas ideas deformes que alguien se paró a escribir. Nada más que eso.