<body><script type="text/javascript"> function setAttributeOnload(object, attribute, val) { if(window.addEventListener) { window.addEventListener('load', function(){ object[attribute] = val; }, false); } else { window.attachEvent('onload', function(){ object[attribute] = val; }); } } </script> <div id="navbar-iframe-container"></div> <script type="text/javascript" src="https://apis.google.com/js/platform.js"></script> <script type="text/javascript"> gapi.load("gapi.iframes:gapi.iframes.style.bubble", function() { if (gapi.iframes && gapi.iframes.getContext) { gapi.iframes.getContext().openChild({ url: 'https://www.blogger.com/navbar.g?targetBlogID\x3d18743516\x26blogName\x3dPolar+Dreams\x26publishMode\x3dPUBLISH_MODE_BLOGSPOT\x26navbarType\x3dBLUE\x26layoutType\x3dCLASSIC\x26searchRoot\x3dhttps://polardream.blogspot.com/search\x26blogLocale\x3den_US\x26v\x3d2\x26homepageUrl\x3dhttp://polardream.blogspot.com/\x26vt\x3d-6463244373166276456', where: document.getElementById("navbar-iframe-container"), id: "navbar-iframe" }); } }); </script>

Polar Dreams

Espacio de poesía y prosa.

Tuesday, October 30, 2007

Madre Tierra

Desde el dia que nací me sentí inspirador de nuevos conceptos,
así me lo hacían saber las pequeñas criaturas que me habitaban.
Me hacían cosquillas sus felinos con movimientos de celo,
me cantaban los jilgueros por alegrías y desatinos,
me abrazaban koalas y simios mis cabellos de melena leónida,
me saltaban los peces mi sangre de ríos enriquecidos,
me abrazaban por ser suelo y comienzo, por ser madre de madres.

De entre todas, sólo una estaba herida, de miedos de infinitas formas.
De entre todas, sólo una de mirada esquiva y caminar errante,
de incertidumbres dirigidas al cielo y de símbolos confidentes.

Ellos surgieron como todos, de entre atisbos de esperanza.
Caminaron como ninguno, siendo muchos a veces uno.
Se organizaron en proyectos inasibles, inventaron el tiempo,
recondujeron caudales de compromisos, de palpitares síncronos.
Sin embargo, con facilidad siempre se dividían por cavilaciones irreconciliables.
Las ideas los unieron y los separaron más que a ninguno de sus hermanos,
precisamente por lo que las ideas hacen,
por ser nexos de abstracciones o muros de intenciones.

Más y más crecían en sus núcleos de derivas,
haciéndose más fuertes para protegerse de ellos mismos.
Más y más lejos llegaba su mano, antes en el árbol, ahora en astrolabios.
Cada vez más brazo, cada vez menos tributos.

Y pienso en su niñez, que provoca tanto salvajismos como amor vigoroso.
Pienso en sus llantos y rabietas de caprichos inviables,
pienso en su capricho como destrucciones de los muebles de mi hogar.
Ese niño que ya es un adolescente, de crisis de identidades ,
de temerosidades y embrutecimiento con sus hermanos,
ese joven que bebe de manantiales de realizaciones,
deberá algún dia pedir perdón como un hijo a una madre,
consciente de fracasos que crean humanidad,
de humanidad que tienen sus hermanos.

Madre Tierra solo hay una.